Por una ley provincial de agricultura ecológica

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El pasado 29 de marzo se realizó un encuentro en el Centro Cultural Parque de España con motivo del cumplimiento de los 20 años de la aprobación de uso del primer transgénico en Argentina.

El evento fue organizado por Greenpeace, Paren de fumigarnos, la Cátedra de Salud Socioambiental (UNR), el Observatorio del Sur (UNR), el Taller ecologista Rosario, CEPRONAT, Almacén Ambulante y El Paraná no se toca.

Los principales objetivos del evento fueron la presentación de un petitorio al Gobierno de Santa Fe para que no trate la Ley Bertero, que busca regular sin éxito la contaminación de las aspersiones aéreas y terrestres. Por otro lado, se reclama la eliminación progresiva del uso de agrotóxicos y la sanción de una política de apoyo a la agricultura ecológica.

En esta dirección, los especialistas acompañaron la conferencia de prensa con datos científicos precisos y experiencias concretas que muestran la necesidad inminente de suplantar la producción agroindustrial por un modelo agroecológico.

Los 20 años trascurridos bajo un régimen de producción a base de transgénicos y agrotóxicos solo evidencian las promesas incumplidas de alimentar al mundo y combatir el cambio climático. Por el contrario, se hace cada vez más tangible el impacto ambiental, sanitario, alimentario y económico que estas medidas conllevan.

Dejar atrás el uso de las semillas transgénicas y el paquete agrotóxico vinculado a las políticas agrarias dominantes significaría vehiculizar un sistema sustentable y rentable, capaz de producir a gran escala sin la contaminación del suelo.

Los argumentos

Para dar comienzo a la conferencia, se proyectó el documental “Naturaleza Viva”.  El corto lleva el nombre del establecimiento santafesino ubicado en Guadalupe Norte, localidad cercana a Reconquista, que puede considerarse un verdadero modelo de agricultura ecológica extensiva realizable y sostenible en el tiempo.

 

Franco SIMG_20160329_175650eggeso, coordinador de la campaña de Agricultura y Alimentos de Greenpeace inició la charla alertando sobre la necesidad de una ley que ponga fin a la degradación del suelo, la pérdida de bosques nativos, la mala alimentación y el deterioro de la salud que comporta el uso de agrotóxicos.

Seggeso señaló además que la eliminación progresiva de este sistema es posible, como ocurre en la provincia de Misiones, cuyas políticas de protección a la producción agroecológica podrían replicarse en nuestra provincia.

María Victoria Dunda, miembro de la red de abogados de Pueblos Fumigados, explicó los alcances del proyecto de ley y la necesidad de un trabajo conjunto, por ejemplo, con los comedores escolares, hospitales y el sistema carcelario.

A continuación, subrayó la importancia de la educación agroecológica en los tres niveles educativos formales y no formales y de la participación del Estado, responsable de la gestión política y el manejo de los fondos necesarios. Finalmente, hizo referencia a la invitación realizada al INTA y otras instituciones capacitadas hacer las modificaciones pertinentes en las tecnologías orientadas a un modelo agroecológico de producción.

La cátedra de Salud Socioambiental de Rosario tuvo su participación a través de la comunicación de su director, Damián Verzeñassi, responsable académico de la práctica final de la carrera de medicina. Su intervención apuntó a reflexionar sobre las decisiones biopolíticas que garantizaron “la transformación de nuestros cuerpos en parte de los territorios del despojo, en parte de los territorios que deben ser transformados en territorios patológicos”. A partir de una investigación llevada adelante en 25 localidades de la región, puntualizó que entre un 20 y un 35% de los niños en edad escolar primaria tiene sobrepeso. Destacó que en los últimos 5 años hubo un alarmante incremento de casos de enfermedades onco-hematológicas y endócrinas con índices casi epidemiológicos.
En este sentido, argumentó que “no hablamos solo de salud sino de alimentos sanos. No podemos tener alimentos sanos si no se producen con modelos sanos de producción que no existen en modelos de producción en territorios enfermos a partir de la instalación de la química como parte de estrategias de dominación de los territorios y los pueblos”.

Eduardo Cerdá, Ingeniero Agrónomo de Universidad Nacional de la Plata, refirió a cuestiones técnicas y agronómicas basadas en sus 25 años de experiencia como asesor de campos que producen en forma agroecológica. Cerdá desmitificó la idea de que no se puede producir sin el uso de agroquímicos. Por el contrario, la presencia de agrotóxicos como parte de la planificación y no como último recurso, provocó la contaminación generalizada del ambiente y de los alimentos que consumimos diariamente.

En los últimos años, la concentración de uno o dos cultivos volvió imposible la supervivencia de la fauna benéfica. Se perdió la biodiversidad que normalmente se encargaba del control natural de las plagas y este es el motivo principal del aumento de las dosis de agrotóxicos en la producción.

Para Cerdá, no es posible defender dos modelos de agricultura. Es esencial avanzar hacia la agroecología, no solo por el impacto ecológico sino porque es posible obtener buenos rendimientos y con menores costos para los productores.

IMG_20160329_174735El encuentro resultó fundamental para difundir un informe del estado de la situación y pedir al gobierno de Santa Fe la implementación de medidas concretas.  Significó, además, una muestra más de que los cambios en la producción y el consumo son posibles si aunamos esfuerzos desde diferentes disciplinas y perspectivas.

La deforestación en aumento: Greenpeace y la Ley de Bosques

greenpeace (4)Los índices de deforestación se han incrementado significativamente durante los últimos años. Según recientes informes de la ONU y la FAO (Food and Agriculture Organization), Argentina se encuentra entre los diez países que más desmontaron sus bosques durante los últimos 25 años.

La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación sostiene que desde la sanción de la Ley de Bosques en noviembre de 2007 y hasta fines de 2014 se deforestaron en el país más de dos millones de hectáreas, entre las cuales seiscientos veinte mil eran de bosques protegidos.

Estos datos demuestran que, si bien tenemos una Ley de Bosques aprobada, su aplicación es escasa y no cuenta con la totalidad del financiamiento correspondiente, conformado en un porcentaje por un aporte del presupuesto nacional y, en otro, por las retenciones a las exportaciones de productos primarios provenientes de la agricultura. La disminución del financiamiento es producto de sucesivos recortes presupuestarios y de la desviación de sus fondos. Aunque el presupuesto no revierte los procesos de desmonte y sus consecuencias, sí promueve la conservación, compensación y control de aquellas jurisdicciones que conservan los bosques nativos existentes.

El proceso de destrucción de los bosques nativos de manera indiscriminada y acelerada es consecuencia directa del avance de la soja transgénica y de la falta de planificación agraria y ambiental de las últimas décadas. Este proceso es denunciado por varias agrupaciones y organizaciones ambientalistas nacionales e internacionales, que apuntan principalmente a concientizar sobre el alarmante crecimiento de la deforestación y a promover acciones que detengan su avance e incidencia en perjuicio de la naturaleza -como el quebrantamiento de los ecosistemas- y la desaparición de las comunidades originarias en su propio territorio.

Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina, señala al respecto que “los bosques y selvas, además de concentrar biodiversidad considerable, juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Son nuestra esponja natural y paraguas protector. Cuando perdemos bosques nos volvemos más vulnerables ante las intensas lluvias y corremos serios riesgos de inundaciones.” Por tal motivo, Greenpeace lanzó este año una campaña para concientizar y hacer más visible esta problemática que nos atañe a todos.

 

greenpeace (7)Greenpeace en Rosario

Entre los días 11 al 13 de enero de este año, la ciudad de Rosario recibió la visita en la Estación Fluvial del buque más grande de la flota de Greenpeace, el Esperanza, en el marco de una serie de visitas en algunos puertos argentinos, como los de Mar del Plata y Buenos Aires. El objetivo de este arribo fue denunciar la emergencia forestal ante el aumento indiscriminado e ilegal de los desmontes en Argentina.

La masiva concurrencia de rosarinos puso en evidencia un gran interés, no solo por recorrer las instalaciones del Esperanza y el Simulador de Bosque emplazado en la puerta de La Fluvial, sino también en conocer la grave situación que atraviesa nuestro país.greenpeace (6)

Para interiorizarnos sobre la problemática, entrevistamos a Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de Bosques Argentina, quien nos contó acerca la visita del buque:

 

LOVEG: ¿Cuáles son los objetivos de la visita de Greenpeace en Rosario?

Noemí Cruz: Estamos aprovechando la visita del buque Esperanza en Argentina para dejarles algo de esperanza a nuestros bosques. Estamos promoviendo un proyecto de ley para que los desmontes ilegales sean considerados delitos. Hoy en día eso no pasa en nuestro país, porque si alguien desmonta ilegalmente, la única pena que puede recibir es una multa, generalmente muy baja, lo cual hace que el que quiera desmontar ilegalmente lo haga sin ningún tipo de freno.

Entonces nuestra propuesta va a ser esta: ponerle cierto corsé a los desmontes que actualmente están llevándose a cabo, pese a que existe la ley de ordenamientos de bosques nativos que regula cómo debe ser el manejo de los bosques.


greenpeace (3)LOVEG
: ¿Qué consecuencias acarrea la destrucción de bosques?

Noemí Cruz: A simple vista lo que se puede ver es la pérdida de la biodiversidad. El bosque no solamente son los árboles. El bosque está lleno de un sinfín de vida, vida silvestre, animales insectos que probablemente ni conocemos pero que con el desmonte se destruyen por completo, porque el monte que se desmonta queda reducido a cenizas. Generalmente, se hacen monocultivos con uso de un paquete de agrotóxicos que a su vez asegura que no quede ningún tipo de vida.

Las consecuencias son para todos. En primer lugar, para la gente que vive ahí, porque los últimos bosques están donde están las comunidades campesinas e indígenas, coinciden con su residencia, entonces se destruye el bosque y se destruyen también la culturas. Ellos son los afectados directos, pero indirectamente somos todos porque cuando hay un desmonte el suelo queda desnudo, los rayos de sol producen un efecto espejo, incrementan la temperatura de la tierra -el famoso calentamiento global- y eso hace que el clima varíe.

El efecto de El Niño está viniendo cada vez más intenso. Sabemos que ahora estamos con el fenómeno de El Niño, el peor de los últimos 50 años y las consecuencias no las paga solo el que desmontó: las pagamos todos. Incluso muchas veces el que desmontó vive en otra ciudad y no, por ejemplo, en el norte argentino que es donde más se desmonta.

Las inundaciones son el fenómeno que tenemos ahora más presente. Todo el litoral se inunda por el gran desmonte. No solo Paraguay, sino también Brasil, toda esa cuenca desmontada viene arrastrando sin ningún tipo de retención.

LOVEG: Y en Argentina, ¿cuáles serían las provincias más afectadas?

Noemí Cruz: Entre las provincias que más desmontan en Argentina, encabezan Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. Estas cuatro provincias concentran el 80% de lo que es el desmonte en el país. Desde que empezó a respetarse la Ley de Bosques hace casi 8 años, igual se desmontaron a razón de trescientas mil hectáreas por año.

 
greenpeace (2)La visita del buque de Greenpeace permitió que los rosarinos pudieran dimensionar la realidad forestal de Argentina y, a la vez, tomar conocimiento sobre el lanzamiento del proyecto de ley que promueve la penalización a los responsables de los desmontes ilegales.

Asimismo, cabe destacar que el desmonte es un fenómeno complejo que requiere de acciones conjuntas entre los gobiernos y la sociedad civil, tanto para garantizar la aplicación y el financiamiento de la Ley de Bosques como para promover una auténtica reforma agraria que contemple los impactos ambientales.

 

 

*Agradecemos a los voluntarios de Greenpeace Rosario por complementar la información y guiarnos en la visita del buque.